Es una gran preocupación el hecho de la falta de rumbo que lleva el país. El sistema político vive bajo la dictadura de la corrupción, el pueblo de Guatemala ha sido víctima del sufrimiento y el dolor, comenzando con los despojos que ha vivido durante estos largos años, empezando por la invasión de los españoles a territorio guatemalteco, en donde robaron y ocuparon las mejores tierras, violaron a las mujeres y mataron a los niños y niñas; lo peor de este sistémico despojo fue la forma de trabajo forzado en la que se vio obligada la población en tiempo de la colonia y posteriormente en la época liberal
En la dictadura durante el gobierno de Justo Rufino Barrios, se dio inicio al sistema liberal, el cual estableció el sistema de fincas y haciendas, también cabe resaltar que es aquí donde parte del pueblo maya-mam quedó dividido, gracias a que Barrios entrega gran parte del territorio al gobierno mexicano; sencillamente a cambio de armamento y apoyo militar para las guerras.
Después de la época liberal, se crea un nuevo rumbo para la creación de un Estado más justo con la revolución de 1944, la cual se vio opacada por la ocupación de Estados Unidos y poniendo de líderes a los liberales, estableciendo una dictadura que se transformó en un conflicto armado interno, esa guerra duró 36 años entre el ejército de Guatemala y la guerrilla, durante esta temporada se inició el servicio militar obligado para todos los jóvenes mayores de 18 años; fue el inicio del exterminio de comunidades y pueblos enteros, afectando principalmente a los departamentos de Quiché, Huehuetenango, Alta Verapaz y Baja Verapaz, Petén, Izabal y otros; “más de un millón de personas desplazadas de sus lugares de origen, cientos de comunidades arrasadas, más de 250 mil personas muertas y desaparecidas, 80 mil viudas, 200 mil huérfanos/as, 700 mil personas obligadas a participar en estructuras paramilitares como las Patrullas de Autodefensa Civil, más de 50 mil refugiados reconocidos y otros 25 mil no reconocidos, establecidos en su mayoría en México”6
“Durante el gobierno del presidente Álvaro Arzú, entra la minería, la privatización de los servicios de energía eléctrica y el teléfono, se da paso a la construcción de grandes hidroeléctricas y se construyen grandes carreteras sin previa consulta en nuestros territorios”. Estos grandes acontecimientos lo único que han traído, es empobrecimiento de la población, el flujo migratorio hacia Norte América, el aumento de las deportaciones de nuestros paisanos, sin olvidar la problemática agraria.
De igual manera el tema de la violencia, las extorsiones y la existencia de redes políticas y económicas ilícitas que fortalecen la impunidad y sostienen la corrupción, aprovechándose del modelo económico en donde un cierto grupo de poderosos se enriquece a costillas del pueblo, es evidente que estos poderes irrespetan la ley.
Cuando cierro mis ojos y pienso en el futuro que les depara a mis hijas y a las generaciones que hoy en su dulce inocencia solo saben jugar y reír, me lleno de preocupación y nostalgia. Para garantizarles una mejor calidad de vida, deben ser considerados dentro de un plan de gobierno varios aspectos; entre estos se pueden mencionar la salud, la educación, la seguridad, la alimentación, la economía, entre otros.
Otro de los temas que genera desconcierto, es la falta de articulación de los sectores sociales, empresariales y académicos para levantar al país del profundo agujero en el que ha caído. Uno de los pensamientos que surgen en la elaboración de este ensayo es que sobre cualquier interés particular o de grupo, debe prevalecer el amor por la gente y el territorio. A pesar de considerar importantes todos estos aspectos, debe ponerse en primer plano la EDUCACIÓN, debido a que se ha perdido durante el proceso generacional la pertinencia cultural, y esto se debe a la complejidad histórico-social del país y a las políticas educativas del Estado que no responden a la demanda de los pueblos, es por ello que sobresale la incorporación de los conocimientos de los pueblos originarios a la educación superior, haciendo la salvedad que es una gran deuda histórica, y que la sabiduría que pueden aportar, es una alternativa para la construcción de una sociedad más humana, incluyente y feliz, como se plantea en “Nuestros Caminos de Identidad”, del Instituto de Investigaciones, Universidad de San Carlos de Guatemala”.
Hay un pasaje en la Biblia que puede aportar a esta discusión, el cual se encuentra en el evangelio de San Juan 10,10 que dice literalmente así: “El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. Entonces no existe ninguna razón para perder la esperanza de ver al pueblo de Guatemala convertido en una hermosa realidad, en ese territorio de todos y para todos. Por lo tanto, no debemos permitir que nos sigan quitando lo que por derecho nos corresponde.
Y por si no fuera suficiente, hoy la pandemia COVID-19, a la que muchos le llaman la guerra fría, en donde se encuentran en juego las economías de todas las naciones del mundo. Según lo relatan los medios de comunicación, el brote surgió el 17 de noviembre de 20198, fecha con la que se decretó una cuarentena en la Cuidad de Wuhan, China, sin embargo, ese país, tenía claro que al revelar la alerta por un nuevo VIRUS, esto impactaría en la economía mundial, por eso fue que hasta en marzo del 2020 se hizo oficial la noticia de la pandemia mundial; al final de todo lo que más debe preocuparnos es la crisis económica que se aproxima. “Hasta el 6 de julio de 2020, se ha informado de más de 11,4 millones de casos de la enfermedad en 218 países y territorios en el mundo (los cinco países con mayor número de infectados son Estados Unidos, Brasil, India, Rusia y Perú), con más de 534,000 muertes (los cinco países con mayor cantidad de fallecidos son Estados Unidos, Brasil, Reino Unido, Italia y México) y más de 6,1 millones de casos de personas recuperadas”.
Es por eso, que la coyuntura de Guatemala se puede expresar como “estábamos jodidos y ahora con el COVID-19 estamos peor”, las autoridades de gobierno han ordenado a la población permanecer en sus viviendas, han decretado “Estado de calamidad” y “toques de queda” de 12 horas que inicia de 4:00 p.m. y finaliza hasta las 4:00 de la madrugada, llegando al extremo de llevarlo a 24 horas durante los fines de semana, lo cual saca a relucir el nivel de control que hay sobre la población y la visión de esclavo y amo que mantienen los políticos guatemaltecos hacia la población, sumisos ante todas las decisiones, limitando las actividades laborales, especialmente para las familias de la economía informal, familias que se dedican a las actividades agrícolas, las familias que viven al día. Haciendo un recuento de los hechos, la economía guatemalteca ha sido controlada históricamente por la oligarquía nacional.
Esta crisis del COVID-19, además de estrangular los sistemas de vida de la población, vino a dar una lección a nivel mundial, la que se detalla a continuación:
- Sobreexplotando la naturaleza y la tierra nos perjudicamos nosotros mismos.
- La naturaleza es madre poderosa, pero puede revelarse y enviarnos un virus devastador.
- Ricos y pobres tenemos que ser solidarios unos con otros.
- Asumir una responsabilidad colectiva.
- En este mundo todos valemos por igual.
- Mejorar la convivencia familiar.
- Darle un respiro al planeta.
- El calentamiento global disminuyó en gran manera.
- No existen posiciones sociales.
- Tiempo suficiente para reencontrarnos con nosotros mismos y germinar como las semillas que brotan por sí solas.
Ante este panorama descrito de modo breve, reafirmo mi deseo y compromiso de colaborar desde mi territorio, a transformar esta realidad dramática, mediante la divulgación de los cuatro pactos mínimos que busca alcanzar el proyecto del CPO según “El proyecto político, un Nuevo Estado para Guatemala”, en el que se busca la inclusión y la solidaridad humana tal como se plantea:
- En lo político: Que busca transformar el estado monocultural a un sistema democrático, representativo y plurinacional, busca responder a los intereses de los pueblos y no al servicio de la oligarquía tradicional.
- En lo económico: Se busca eliminar los monopolios y brindar una economía plural que termine con la pobreza.
- En la justicia: Busca reconocer el sistema de justicia de los pueblos y no al servicio de los sectores poderosos y corruptos.
- En lo cultural: Se busca fomentar una educación para las nuevas generaciones, hacia una cultura plurinacional, que permita salir del dominio al que se ha visto sometida la población.
Es por ello que exhorto a todos los guatemaltecos, mujeres y hombres, a unir y coordinar esfuerzos, para lograr un país que viva la solidaridad en la verdad y en la realización eficaz del bien común, pero sobre todo a continuar nuestro camino y veremos de nuevo el lugar de donde venimos como se establece en el libro sagrado de los pueblos, el Popol Wuj.