Guatemala es el principal exportador de energía eléctrica en Centroamérica. El 69% es energía renovable, suficiente para satisfacer la demanda de toda la población.
«La política energética del país está diseñada para obedecer y favorecer a las grandes industrias privadas que acaparan su producción y distribución «
Pero ese potencial no se refleja en la calidad del servicio que ésta recibe. La política energética del país está diseñada para obedecer y favorecer a las grandes industrias privadas que acaparan su producción y distribución. Un negocio fraudulento que ha instrumentalizado al Estado, con graves contradicciones y abusos de poder que generan problemas ambientales y conflictividad social. En este contexto, desde los pueblos han surgido movimientos de oposición al actual modelo energético, una oposición que no se debe a “la ignorancia de grupos manipulados por opositores al desarrollo.”
«La idea de “desarrollo” necesita una nueva narrativa, una narrativa que no se base en la acumulación desmedida»
Los pueblos saben que la diversificación y transición energética a fuentes renovables es necesaria. Pero la idea de “desarrollo” necesita una nueva narrativa, una narrativa que no se base en la acumulación desmedida, el sometimiento de comunidades y el consumo ilimitado de recursos limitados, sino que impulse el bienestar social y el equilibrio natural.
«La energía debe enfocarse como servicio de calidad que se presta y no como mercancía obsoleta que se compra»
La energía debe enfocarse como servicio de calidad que se presta y no como mercancía obsoleta que se compra, debe servir a las necesidades de la gente, responder a sus derechos fundamentales y permitir que el verdadero desarrollo humano y social tenga la oportunidad de producirse. La energía es fundamental para el buen vivir de los pueblos, quienes plantean acciones básicas y rutas claras para la construcción de un nuevo modelo energético: como un debate nacional que impulse diálogos profundos para consensuarlo desde y para la pluralidad de los pueblos que conforman Guatemala y como un eje transversal de políticas públicas que enciendan la luz.
«Los pueblos proponen que la energía sea declarada un derecho humano y un servicio accesible a todas y todos»
El actual modelo energético de despojo se sostiene en un marco legal e institucional hecho a la medida de operadores privados. Los pueblos proponen que la energía sea declarada un derecho humano y un servicio accesible a todas y todos. Porque un nuevo modelo energético debe restablecer las responsabilidades del Estado hacia los guatemaltecos.
Fuente:
Estudio sobre el modelo energético guatemalteco y su repercusión socioambiental