El voto para defender la vida de los pueblos indígenas
¡Levantemos en el Congreso la economía comunitaria
y los derechos de la Madre Tierra!
El domingo 16 de junio serán las elecciones generales. Los votos de ese día decidirán las políticas de Estado por los siguientes cuatro años. Mucho hemos aprendido desde que obligamos a renunciar al gobierno corrupto Otto Pérez Molina, y más lecciones tenemos aguantando los negocios que esconde el farsante Jimmy Morales. Esta muy claro que el voto no debe entregare así porque así, fijándonos solo en el lema o en las promesas que salen en los parques de las bocas de los candidatos.
« Promesas que salen en los parques de las bocas de los candidatos »
Como nuestra historia política está cargada de dictaduras y gobiernos militares, muy poco sabemos acerca de cómo ha sido el voto en Guatemala. En las escuelas nunca se ha contado la verdadera historia del poder político electoral y los medios masivos de comunicación jamás han confrontado los discursos electoreros con los problemas y necesidades que tenemos en los territorios o en los barrios. En nuestra historia política siempre se ha controlado y manipulado el voto porque las familias poderosas de la oligarquía, que actúan como dueñas del Estado y tienen al ejército a su servicio, no han visto a la gente como ciudadana; nos ven como si fuéramos sus mozos o sus enemigos.
La democracia de Guatemala no nació para garantizar el derecho al voto, ni para sostener el derecho a ser representantes. Nació para montar gobiernos dedicados a cuidar y aumentar el patrimonio de la oligarquía. Por eso se explica que hasta 1945 se permitió el voto de las personas analfabetas (que eran la mayoría de habitantes y la mayoría indígena), y que hasta 1965 se haya facilitado el voto a las mujeres.
« Los partidos políticos siempre han sido un mal necesario
para la oligarquía »
Los partidos políticos siempre han sido un mal necesario para la oligarquía, con el agravante de que también nacieron maleados: sometidos al ejército, obedeciendo a sus financiadores clandestinos, traficando influencias, buscando poder mediante clientelas políticas, operando para llenar los bolsillos de sus caudillos municipales y nacionales. En la actualidad hay castas de politiqueros enredados con mafias y militares para moverse en los años electorales acarreando gente para ir a votar. Se han permitido partidos que sirven al régimen oligárquico y se acosa, persigue y asesina a los liderazgos que se atreven a disentir y criticar las injusticias económicas y sociales.
Es tan antidemocrático el sistema de partidos políticos que la Constitución solo tiene un artículo para el Régimen Político Electoral y en ese artículo no aparece ningún mandato para obligar a los partidos a la inclusión, la educación cívica, a basar su campaña en programas de gobierno y a mantener una conducta honrada. En Guatemala no se permite la elección directa y abierta de las diputaciones o de los concejales municipales, tampoco hay subdistritos, la paridad entre mujeres y hombres sigue engavetada; y se violan leyes internacionales al no permitir el derecho al autogobierno de los pueblos indígenas. La democracia representativa que se reconoce es una democracia para disciplinar a la ciudadanía.
Con estos 22 años transcurridos después del conflicto armado interno, tampoco se ha fortalecido la democracia participativa. Los consejos de desarrollo se han convertido en una herramienta de los partidos políticos para alimentar sus clientelas, mientras la ley de los consejos nunca ha dado poder a la ciudadanía para decidir sobre el presupuesto municipal o nacional. La participación ciudadana ha sido manipulada para facilitar la corrupción.
« Los partidos que han gobernado en la época de la paz se han ensañado contra la democracia comunitaria »
Los partidos que han gobernado en la época de la paz se han ensañado contra la democracia comunitaria. La democracia comunitaria es el poder de nuestras asambleas, es el derecho a cuidar nuestras montañas, es el cuidado que hemos tenido de los bosques y del agua en nuestros territorios. Pero las nuevas leyes de minería y de electricidad y las políticas aplicadas para proteger los despojos de tierra y agua que están haciendo las mineras, las grandes hidroeléctricas, los petroleros, palmeros, azucareros y ganaderos, destruyen nuestra vida territorial. Los últimos gobiernos han asfixiado la economía campesina y poco les ha importado el aumento de las migraciones. Nos despojan de tierra y agua, desvían y contaminan los ríos, y nos están metiendo a la cárcel en nombre de la certeza jurídica y la libre competencia.
¿Qué vamos a hacer con nuestro voto? La lección más grande es que debemos usar el voto como una estrategia para disputar el poder a los partidos políticos corruptos y a los grupos poderosos que tienen podrido al Estado. Hemos aprendido que el pueblo es quien debe poner las condiciones en las elecciones. La primera condición que grita toda la gente es no dar el voto a ningún partido del pacto de corruptos. Allí tenemos en la lista al FCN-Nación, UNE, GANA, PAN, UCN, LIDER, Patriota, Todos, FRG, Viva, Alianza Ciudadana, Movimiento Reformador y otros más. Ninguno de esos partidos merece el voto ciudadano y menos los nuevos partidos de cartón que se han inscrito apoyados por esas mismas fuerzas.
La segunda condición que viene de nuestro aprendizaje ciudadano es exigir que no se mezcle la política con la religión, ni la política con el ejército, ni con los expatrulleros civiles. La tercera condición es que informen públicamente de su programa para los tres poderes del Estado y que publiquen el nombre y la historia de sus candidatos a diputados y a alcaldes para que podamos investigarlos.
« En estas elecciones, el CPO se propone aportar a que exista
una opción digna de las demandas históricas
de la ciudadanía guatemalteca »
En estas elecciones, el CPO se propone aportar a que exista una opción digna de las demandas históricas de la ciudadanía guatemalteca. El CPO llama a levantar una gran fuerza ciudadana que obligue a definir una agenda política en el Congreso de cara a las necesidades de los pueblos indígenas. Nuestro Proyecto Político busca un arranque para empezar a cambiar a este régimen que nos está matando. Por eso llamamos a sumarnos para ser protagonistas en la disputa de poder. No aspiramos a “ocupar” el Estado de Guatemala. No queremos administrar el mismo poder autoritario y saqueador; queremos llevar una fuerza al Congreso que provoque un punto de inflexión para cerrar los despojos, los privilegios fiscales y el poder de veto que las cúpulas empresariales tienen sobre las políticas públicas. Queremos poder para acabar con el racismo.
« La participación del CPO en estas elecciones busca llevar al Congreso, las siguientes demandas »
La participación del CPO en estas elecciones busca llevar al Congreso, entre otras, las siguientes demandas de los pueblos que lograrían dar vida a un pacto plurinacional:
1º. Fortalecer la economía comunitaria. Dar poder al productor directo. Encadenar mercados entre comunidades, sin intermediarios. Institucionalizar apoyo técnico, crediticio y comercial a las familias indígenas y campesinas. Estimular formas de producción cooperativa y de empleo controladas por los mismos productores. Crear nuevas instituciones para la agroecología y la agroindustria indígena y campesina; aumentar el presupuesto público para la economía indígena y campesina; resolver las injusticias creadas con los despojos de tierras y titular las tierras colectivas. Orientar el gasto social para crear capacidades y empleo digno a las juventudes en sus territorios y priorizar en todos estos cambios los intereses de las mujeres, especialmente de las mujeres indígenas;
2º. Garantizar la equidad y la justicia social y fiscal como el fundamento de la libre competencia. No vamos a dejar pasar una ley de competencia para que las trasnacionales y las grandes empresas nacionales hagan lo que se les de la gana. Defenderemos la seguridad social (los derechos laborales, la jubilación y la salud gratuita) como una gran conquista de la Revolución del 44. Defenderemos el derecho de las comunidades a hacer uso de la radio y vamos a parar la criminalización del periodismo comunitario. Nos oponemos a la concesión y desvío de ríos y vamos por una Ley de Agua que proteja los ecosistemas y las cuencas y castigue severamente la contaminación ambiental. Queremos declarar a Guatemala territorio libre de minería a cielo abierto. Nos oponemos a las exoneraciones fiscales a favor de los grandes rentistas y defenderemos una Ley de Planificación Económica para que por fin llegue la solidaridad fiscal a Guatemala y sea elevado el presupuesto social, especialmente para la alimentación, la salud y la educación.
3º. Nacionalizar la energía eléctrica y fomentar la soberanía energética de las comunidades. Ya nos están amenazando con que van a eliminar la tarifa social de electricidad. Vamos a erradicar la colusión de intereses entre ministerios, jueces y empresarios que no respetan las consultas comunitarias, que violan y manipulan los estudios de impacto ambiental y social en la construcción de las grandes hidroeléctricas. Estimularemos la diversificación de formas limpias de producción de energía bajo el control de las comunidades y a favor de descargar el exceso de trabajo de las mujeres. Defenderemos un mercado nacional justo de electricidad y levantaremos una reorganización de la institucionalidad encargada de este servicio que hoy está en manos de banqueros, azucareros y trasnacionales.
4º. Erradicar la corrupción en todos los órganos del Estado. Nos sumamos a favor de la aprobación de una Ley de Carrera Civil, que incluya a las municipalidades, así como a impulsar los cambios para transparentar la gestión presupuestaria y la contratación de obras y servicios del Estado. Vamos por las reformas a la administración de justicia que el pacto de corruptos no quiso aprobar. Pero para arrancar las raíces podridas del Estado, desmilitarizarlo y profundizar la equidad, la democracia y la administración de justica, nuestra demanda mas sentida es:
5º. Convocar a una Asamblea Plurinacional Constituyente como punto de partida para comenzar a crear espacios estatales y públicos que potencien a todas las ciudadanías y a todos los pueblos. El régimen de dominio de Guatemala no tiene propósitos nacionales. Jamás ha incluido a los pueblos indígenas en las principales estrategias públicas que define para toda la nación. Por el contrario, siglos ha vivido Guatemala viendo ir y venir estrategias públicas que vuelven normales el racismo, el hambre, el analfabetismo, los robos de tierras, los abusos laborales y el desprecio permanente a los idiomas y a la historia de los pueblos indígenas.
Queremos que vengan años donde podamos edificar una nación que permita la equidad y la justicia social. Consideramos que las graves exclusiones requieren soluciones profundas y no electoreras. El Estado debe ser transformado porque actualmente no es capaz de garantizar el interés público y el bien común como fines supremos para todas las vertientes nacionales que habitan en Guatemala.
« Llamamos a un voto estratégico. Urgen votos para llevar al Congreso a fuerzas que estén dispuestas a impulsar grandes cambios en el régimen de dominio »
Llamamos a un voto estratégico. Urgen votos para llevar al Congreso a fuerzas que estén dispuestas a impulsar grandes cambios en el régimen de dominio. Las funciones que concebimos para el Estado son funciones de paz, de justicia, salud, educación y desarrollo plurinacionales, donde se respeten y se practiquen los derechos colectivos de los pueblos indígenas. No queremos que el Estado siga negando a nuestros pueblos. No queremos que el Estado nos defina a partir de las carencias; queremos vivir bien, sin violencia, gozar de plenos derechos y oportunidades de participación en el desarrollo con equidad. Necesitamos un Estado de los pueblos, no queremos un Estado de la oligarquía.
El voto 2019 tiene que levantar la voz de los pueblos indígenas en el Congreso:
¡Justicia social y económica para todos!
¡Llamemos a una Asamblea Constituyente Plurinacional y Popular!
Consejo del Pueblo Maya
-CPO-