Posicionamiento político ante la propuesta de refundación del Estado de Jorge Serrano Elías

Llamado de alerta y de reflexión ante la propuesta de Jorge Serrano Elías sobre la refundación del Estado de Guatemala

 

El documento escrito por Jorge Serrano Elías titulado “Refundación del Estado de Guatemala” está circulando entre el liderazgo de los pueblos indígenas con el fin de conseguir respaldo a las propuestas que contiene. El CPO afirma que este documento no sólo desconoce las luchas históricas de los pueblos indígenas de Guatemala, sino pretende manipular el clamor ciudadano por la reorganización del Estado, montando otras estructuras jerárquicas antidemocráticas y también racistas.

 

Los abusos del régimen oligárquico jamás serán eliminados usando los mismos métodos que la oligarquía ha empleado por siglos para controlar, despojar y explotar a la población. Es cierto que una rosca de familias poderosas se ha adueñado de la “Guayaba”, pero liberarnos del monopolio oligárquico no puede traducirse ni reducirse en fundar nuevas estructuras estatales alrededor de la “Guayaba”. El poder por el poder es corrupción absoluta.

 

Al CPO no le interesa enfrascarse en discusiones inútiles acerca de la refundación del Estado, máxime cuando sabemos que hasta la extrema derecha utiliza esos términos para cambiar la Constitución Política con el fin de legalizar e institucionalizar el neoliberalismo criminal que penetra con cada gobierno de turno. El CPO levanta la lucha por construir un Estado Plurinacional porque urge una democracia plurinacional y comunitaria, adentro de la sociedad, una democracia que de vida real y cabida los derechos de todas las personas y que por fin se cumplan los derechos colectivos de los pueblos indígenas.  El Estado no es el objetivo central de las luchas de los pueblos indígenas; el objetivo es defender la vida, la paz, la dignidad y la libertad de nuestros pueblos y la defensa de la Madre Tierra, obligando y cambiando al Estado para que garantice y aplique políticas y recursos sin exclusiones, ni privilegios, ni corrupción.

 

La propuesta “Refundación del Estado” es engañosa porque habla de refundar el Estado en nombre de los intereses indígenas, pero nos llama “nativos” y “etnias”, mostrando su ignorancia y falta de respeto a la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas y al Convenio 169. Reduce nuestra existencia a meros temas culturalistas y afirma que es mejor que los indígenas estemos en esta refundación para que no echemos “leña al fuego” porque podemos provocar la división del Estado. Todo este documento esconde en cada línea la vieja estrategia militar y oligárquica de controlar a la población y verla como el enemigo interno.

 

Recordando el estilo de los gobiernos militares desarrollistas y contrainsurgentes que se impusieron después de la invasión gringa contra la Revolución de 1944, esta propuesta asume que un Estado será plurinacional  porque podrá tener un “Ministerio de Pueblos Originarios y Desarrollo Rural.”  El CPO conoce la experiencia de América Latina y sabe que montar una estructura para los “indios” no sólo ha sido un fracaso, sino una estrategia para no tocar las injusticias económicas y estructurales de un régimen que nos quiere sometidos y con la intención de llevarnos a estar como palomillas alrededor de una sola institución.

 

El reconocimiento de nuestra historia, de nuestra organización vital, de nuestros derechos e intereses no pasa por un solo Ministerio.  ¿Acaso el Ministerio de Salud no debe ser plurinacional, acaso la desnutrición no tiene sus raíces en el desprecio profundo a la vida de las mujeres indígenas? ¿Acaso el Ministerio de Economía o el de Medio Ambiente o el de Educación no deben estar profundamente arraigados en una visión de garantía y respeto a la diversidad plurinacional y a la autodeterminación de los pueblos?  

 

El engaño más grande que tiene esta propuesta es ofrecer la creación de “comarcas”. La oferta de crear comarcas reduce nuestros derechos a lo local y a lo rural. Ubica las comarcas en el concepto de descentralización tratando de engatusar a las autoridades ancestrales con la ilusión de que recibirán más recursos del Estado. Se implanta esta estructura comarcal dejando no sólo intactas las actuales estructuras verticalistas de gobierno municipal, sino también las funciones politiqueras del Sistema de consejos de desarrollo. Esas comarcas sólo reforzarán el control local sobre la población indígena y sus autoridades ancestrales, encerrándonos y aislándonos con una falsa autonomía.

 

En Panamá, donde ahora vive Serrano Elías, las comarcas indígenas no sólo no han podido remontar las exclusiones sobre los pueblos indígenas (pobreza, trabajo mal pagado, analfabetismo, falta de acceso a la tierra, despojos, etc.), sino han reforzado el colonialismo, dando lugar a la creación de estamentos y cúpulas indígenas que si bien tienen más poder de decisión, viven desgastándose con cada gobierno para pedir más dinero. Esas comarcas han reforzado el liderazgo indígena autoritario y patriarcal y no pueden fortalecer la democracia comunitaria porque lo que se decide en asamblea al Estado de Panamá no le importa. La organización comarcal está destruyendo el poder de las consultas y de las asambleas comunitarias y regionales a favor de elites indígenas. Se cocinan en su propia salsa porque hacia adentro sí se participa pero sus decisiones no sirven frente al Estado porque no son vinculantes.

 

Hoy mismo existe gran debate y discusión sobre el fracaso de las comarcas indígenas en Panamá. Han sido usadas para contener y desestimar las propuestas de desarrollo de las comunidades y han servido para crear alianzas mercantilistas entre cúpulas indígenas y empresas trasnacionales y oligarcas. Los pueblos no tienen control autónomo sobre sus territorios y vienen perdiendo sus tierras colectivas, aunque se han creado instituciones que los aceptan como interlocutores eternos de los poderes cupulares del Estado de Panamá, en diálogos y presencias que no resuelven nada.  Como todo se ha reducido a un falso poder local,la Coordinadora Nacional de Pueblos Indígenas de Panamá (COONAPIP) desde 1991 viene luchando por un Plan de Desarrollo de los Pueblos Indígenas, mientras el Estado se hace de oídos sordos. 

 

Toda una suerte de círculos viciosos se fomenta con esta estructura comarcal que en nada impacta al Estado en su conjunto, pero perversamente sí es manipulada para mantener la penetración de un capitalismo depredador adentro de los territorios indígenas. La minería, por ejemplo, ni siquiera se ha regulado para que las comunidades indígenas puedan tener derecho de no permitirlas en sus territorios. Y uno de los ejemplos más perversos de este modelo es que fomenta en los mismos pueblos indígenas la  realización de negocios mercantilistas en nombre de su propia autonomía, como es el caso de la región Kuna Yala que desde el año 2001 concedió territorio por 25 años a una empresa transnacional para el paso de un Cable Submarino a cambio de escasos 13 mil dólares anuales, sin atender el impacto social y ambiental que provoca.

 

Estos métodos ya los está usando el CACIF y AGEXPORT en Guatemala: tratan de cooptar al liderazgo indígena para lograr su consentimiento a favor de negocios empresariales que sólo dejan migajas, que desprecian la economía comunitaria y que son profundamente dañinos para el medio ambiente y la dignidad del trabajo. Por esas razones el CPO alerta y denuncia que esta propuesta de refundación del Estado sólo pretende habilitar una oligarquía por otra.

 

Tampoco estamos de acuerdo con crear un Consejo de Estado con el fin de controlar al Organismo Legislativo. No queremos estructuras de élite a la par de otras estructuras de élite. Llamamos a construir una democracia comunitaria, representativa, participativa y plurinacional. Lo que Guatemala necesita es democratizar la representación política, eliminar para siempre la impunidad, los privilegios y la corrupción que existe en el Congreso de la República. Todo el Congreso debe ser reestructurado. Necesitamos un parlamento donde todos los pueblos deben estar representados.  La propuesta de Serrano Elías nada dice de los cambios que debe tener la Ley Electoral y de Partidos Políticos desoyendo el clamor ciudadano de 2015 para controlar no sólo los abusos de los partidos, sino también el tráfico de influencias y el uso de dinero sucio con que la mayoría funciona.

 

La propuesta también plantea un “Consejo del Poder de Control”, lo cual llega a ser una aberración hasta contrainsurgente. Propone un Consejo de Control formado por 7 personas mayores de 50 años.  El control ciudadano sobre el Estado no debe recaer en otro órgano de élite. El control ciudadano debe ser libre y general, mientras debe reglamentarse que todo órgano del Estado se somete a la fiscalización de la ciudadanía, incluyendo al ejército, la PNC, el Ministerio Público y toda entidad privada que maneje recursos públicos. La gran conquista social que es la Ley de Libre Acceso a la Información debe complementarse con normas constitucionales que obliguen a todas las instituciones del Estado a rendir cuentas de sus actos ante la ciudadanía. Por eso defendemos la revocatoria de mandato, como el pleno derecho de la ciudadanía a despedir a funcionarios que cometan delitos.

 

El colmo de esta propuesta hecha para hacer serranazos a diestra y siniestra es que también pretende crear el “Consejo Nacional de Instituciones Políticas y Representación Social”, integrado por cinco personas,  con el argumento de que la “participación de la sociedad en general debe estar bajo control”.  Serrano Elías dice que hay que dar fuerza a un órgano electoral, pero somete la participación ciudadana al Ejecutivo. Y por si fuera poco crea la figura de un primer Ministro de Estado y convierte al Presidente (a)  en una especie de monarca decadente que no puede ser revocado y con sólo cuatro funciones. Una de esas funciones confunde la unidad del Estado con la unidad nacional y la basa exclusivamente en el hecho de que ese presidente sea el comandante general del ejército.

 

Esta propuesta no debe convertirse jamás en el centro de nuestras reflexiones y discusiones para cambiar Guatemala, a no ser por el hecho de que es un ejemplo claro de lo que no necesitamos. Tiene tufos imperiales, trasnacionales, racistas y contrainsurgentes y se basa en alimentar el mismo poder colonialista dirigido a cooptar el liderazgo indígena y a crear poderes paralelos para el control de toda la población.

 

El CPO hace un llamado a los pueblos Maya, Xinca, Garífuna y Mestizo, a las juventudes, mujeres y hombres de estos pueblos para hacer discusión y llegar a consensos alrededor de propuestas de reorganización del Estado que partan del espíritu de democratizar la sociedad y la nación en su conjunto. En nuestro proyecto político “El tiempo de los Pueblos” planteamos cuatro pactos mínimos para un Estado Plurinacional, donde  la democracia económica, política, social y cultural debe ser el sustento del cambio. Existen mejores propuestas que esta y hay que escribirlas y sistematizarlas. Necesitamos pensar y hacernos preguntas: ¿Cómo queremos nacionalizar la energía eléctrica? ¿Cómo vamos a parar la contaminación y desvío de los ríos y el robo del agua? ¿Cómo vamos a detener la venta descarada e irresponsable de los recursos del subsuelo? ¿Cómo vamos a gozar de derechos y tribunales agrarios frente a tanto despojo de tierra?  ¿Cómo vamos a potenciar las economías comunitarias? ¿Cómo vamos a garantizar que las decisiones de política fiscal combatan los privilegios y aseguren constitucionalmente que los impuestos mejoren la nutrición, la vida, el trabajo, la vivienda y la educación de nuestros pueblos?

 

La refundación del Estado no es un fin en sí mismo, pero sí es urgente la construcción y funcionamiento del Estado Plurinacional que detenga de raíz tanta impunidad, racismo, exclusión y corrupción estatal. Debemos prepararnos para hacer propuestas sólidas y apoyadas masivamente. Si la Constitución se reforma que sea para profundizar la justicia y la democracia económica, política, social y cultural.  Solo así la reorganización del Estado servirá para la equidad entre todos los pueblos de esta nación.  Ya hay buenas propuestas: ¡juntémonos y unámonos para levantar nuestras demandas de buen vivir y de Estado Plurinacional!

 

¡Por una democracia representativa, participativa, comunitaria y plurinacional!

¡Por la equidad entre las personas y entre los pueblos!

¡Por una Asamblea Plurinacional Constituyente!

 

Guatemala, 16 de mayo 2016

 

 

Consejo del Pueblo Maya de Occidente- CPO-

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